Todas las personas tienen derecho a disfrutar de su ocio en igualdad de condiciones. Sin embargo, la presencia de barreras de todo tipo limita ese derecho a aquellas personas que por unos motivos u otros tienen alguna discapacidad. Eliminar esos obstáculos es el objetivo del turismo accesible.

Taleb Rifai, que fuera secretario general de la Organización Mundial de Turismo, señalaba que “por encima de todo, debemos darnos cuenta de que el turismo accesible  no solo es bueno para las personas con discapacidad o con necesidades especiales, es bueno para todos.” Y así es, porque en algún momento todos podemos vernos limitados en nuestras capacidades.

Aunque pueda parecer que el turismo accesible se dirige especialmente a personas con alguna discapacidad física, auditiva, visual o incluso intelectual y social, no es solo así. Pone cualquier destino o atractivo turístico al alcance de todos: personas mayores, familias con niños pequeños, mujeres embarazadas o viajeros que en un momento dado sufran alguna limitación física temporal.

Facilitar el acceso al turismo en todos los aspectos

En su Manual sobre Turismo Accesible para Todos: Principios, barreras y buenas prácticas, la Organización Mundial del Turismo (OIT) enumera las barreras que se necesitaría eliminar para promover un turismo para todos. La primera aparecería a la hora de realizar las reservas, y pone el ejemplo de Internet, donde la información de interés para este colectivo no siempre es completa, veraz o está actualizada.

La segunda gran limitación para la generalización del turismo accesible serían los transportes. En muchos destinos aún se mantienen las barreras arquitectónicas y faltan servicios adaptados en centros de trasporte. Y a ello habría que añadir servicios de megafonía que no se escuchan o ausencia del lenguaje braille en carteles o botonería.

Pero, sin duda, el mayor hándicap dentro del turismo accesible lo representan los alojamientos turísticos, que no siempre disponen de habitaciones adaptadas ni tienen condiciones de accesibilidad adecuadas para todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas o sensoriales.

Algo tan simple como la altura de un mostrador ya es una barrera para una persona que se mueve en silla de ruedas. También, lo es la ausencia de señales sonoras en un ascensor para quien no puede ver. O incluso no disponer de una grúa de piscina para personas con movilidad reducida.

Queda un último aspecto en el que aún es necesario trabajar si de turismo accesible se habla: las actividades en el destino. En este sentido, las limitaciones pueden ser de todo tipo: imposibilidad de desplazarse por el entorno, ausencia de itinerarios accesibles en los atractivos turísticos o falta de servicios adecuados para personas con capacidades especiales, entre otros.

La importancia de fomentar el turismo accesible

Cuando se dice que el turismo accesible es un turismo para todos es importante tener en cuenta dos aspectos. Por un lado, que la Organización Mundial de la Salud (OMS), calcula que alrededor del 15% de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad, es decir, mil millones de personas. Y aumenta por dos motivos fundamentales: una mayor esperanza de vida y envejecimiento de la población y una mayor tasa de supervivencia tras accidentes u operaciones.

El otro aspecto importante es que, según la Organización Mundial del Turismo (OIT), el concepto de turismo accesible también se debe aplicar a la posibilidad de que todos tengan la posibilidad de viajar independientemente de sus circunstancias económicas y sociales. Es así porque el concepto base es el de un tipo de turismo inclusivo en todos los sentidos.

Teniendo en cuenta ambas cuestiones, el desarrollo del turismo accesible es importante para poder satisfacer el derecho de todos a disfrutar en igualdad de condiciones. Pero no solo eso, también puede ser una oportunidad de negocio, ya que un espacio o un destino accesible mejora la experiencia de todos los viajeros sin distinción y, además, otorga prestigio.