Elegir una cama articulada no es tan sencillo como parece. Después de todo, si elegir una cama y un colchón normal ya presenta un reto en sí mismo, esto se duplica cuando se trata de adquirir la zona de descanso perfecta para personas con movilidad reducida. Para ello, será necesario tomar en cuenta varios aspectos de la persona que la necesita; porque la cama perfecta no existe, solo aquellas que se adaptan a las necesidades de cada individuo en concreto.

Las camas articuladas, como seguramente ya sabrás, están específicamente pensadas para personas con poca movilidad o que pasar gran parte de su día en cama. Sin embargo, la situación de cada persona es diferente, ocasionando que en algunas ocasiones una cama articulada sencilla no sea suficiente para cumplir con sus necesidades. Para ayudarte a dar con la cama perfecta y que pueda servir por mucho tiempo, te damos algunos consejos clave.

El principal aspecto a considerar al elegir una cama articulada: el tamaño

Existen muchos aspectos que hay que considerar antes de tomar una decisión sobre una cama articulada, pero el tamaño es uno de los principales. Debes hacerte con una cama que no nada más se adapte al espacio disponible en la habitación de la persona; también debe ser adecuada para que esta pueda tener suficiente espacio para descansar sin molestias. Actualmente, existen también las camas de este tipo, incluso en tamaño matrimonial.

Una cama eléctrica o tradicional

Este es uno de los principales dilemas a la hora de elegir una cama articulada. Se debe a que la diferencia de costo entre ambas puede ser abismal, provocando que muchas personas se inclinen por comprar la cama tradicional, que típicamente se ajusta a través de una manivela. Sin embargo, si se encuentra entre tus posibilidades, lo mejor es adquirir una cama eléctrica; estas cuentan con mejores funciones para adaptabilidad y comodidad.

Considera el somier y los planos de articulación

Cuando hablamos del somier nos referimos al esqueleto de la cama articulada. Este se encarga de soportar y repartir el peso tanto del colchón como la persona, asegurando comodidad y confort. Asimismo, es el encargado de elevar a la persona de manera uniforme. Las características que puede ofrecer van a variar dependiendo del grosor como el número de láminas.

Los somieres de madera suelen ser más cómodos y flexibles, pero debido a su porosidad tienden a retener malos olores y manchas. Es por ello que en la mayoría de los casos se recomienda el somier de acero, que tiene mayor durabilidad y resistencia. Por otro lado, también tenemos el carro elevador y las articulaciones. Determinan en qué ángulos y qué partes de la cama se pueden inclinar para ayudar a la persona en sus movimientos.

Normalmente, la elevación más cómoda es de entre 38 y 80 cm. La elevación es importante para hacerle el trabajo más cómodo y sencillo en caso de que la persona de movilidad reducida tenga un cuidador. En cuanto a los planos de articulación, estos suelen encontrarse para la espalda y para los pies. Algunas camas pueden tener más, mientras que otras solo tienen para la espalda.

Una cama articulada es sinónimo de comodidad

Una cama articulada puede venir con ruedas o sin ruedas, pero normalmente se recomienda que la adquieras con ruedas. Esto facilita que sea más fácil de desplazar o cambiar de lugar dependiendo de la persona que la usa. Además, debes asegurarte de que las ruedas cuenten con un sistema de frenos, ya sea individuales o para todas las ruedas.

Considera los accesorios adicionales de la cama articulada

Dependiendo de la calidad y el costo de la cama articulada, esta puede venir con una serie de accesorios adicionales. Pueden incluir barandillas, cabecero, cremalleras en pies, soportes, ente otros. Asegúrate de que la que elijas cuenta con lo necesario y compara precios para saber cuál te conviene más en función de las ventajas.