A medida que la población envejece, cada vez más personas se enfrentan a un mayor riesgo de padecer problemas óseos. La salud ósea es crucial para todos, pero desempeña un papel especialmente importante a medida que las personas envejecen. Los problemas óseos más frecuentes en los ancianos son la osteoporosis, la artritis y las fracturas. Es importante que las personas de todas las edades conozcan los signos y síntomas de estas enfermedades y sepan cómo tratarlas para llevar una vida sana.

Osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por una disminución de la masa ósea y un aumento del riesgo de rotura de los huesos. Es frecuente en personas mayores de 60 años, y en las mujeres, sobre todo después de la menopausia. Una mala alimentación, un estilo de vida sedentario y antecedentes familiares de osteoporosis son también factores de riesgo.

Signos y síntomas: La osteoporosis suele pasar desapercibida hasta que se rompe un hueso, pero puede haber signos de advertencia, como dolor articular inexplicable, dolor de espalda, movilidad limitada y pérdida de altura o postura encorvada.

Tratamiento: El primer paso para prevenir o tratar la osteoporosis es realizar pruebas periódicas de densidad ósea. También son importantes el ejercicio y una nutrición adecuada, y los medicamentos prescritos por un médico pueden ayudar a controlar la enfermedad.

Artritis

La artritis es una enfermedad caracterizada por inflamación y dolor en las articulaciones. La inflamación puede dañar los tejidos circundantes de la articulación y provocar una disminución de la movilidad y un mayor riesgo de fracturas.

Signos y síntomas: Los síntomas habituales de la artritis incluyen dolor, rigidez e hinchazón articular. Algunas personas también experimentan una disminución de la amplitud de movimiento. La artritis puede causar tanto molestias temporales como daños a largo plazo.

Tratamiento: No existe cura para la artritis, pero el tratamiento se centra en controlar los síntomas. Los medicamentos, la fisioterapia y la terapia ocupacional, así como el control del peso, son partes importantes del tratamiento de la artritis.

Fracturas

Una fractura es una rotura total o parcial de un hueso. Puede producirse por un golpe directo o indirecto, como una caída. El riesgo de fracturas aumenta con la edad, y pueden tener consecuencias graves.

Signos y síntomas: La aparición repentina de dolor tras una caída u otra lesión puede ser un signo de fractura. La hinchazón, los hematomas y la incapacidad para soportar peso sobre la extremidad afectada también pueden indicar una fractura.

Tratamiento: El tratamiento de una fractura varía según el tipo y la gravedad de la lesión. En general, consistirá en inmovilizar el miembro afectado y dar tiempo al hueso para que se cure. En algunos casos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para recolocar el hueso fracturado.

Medidas preventivas

La prevención de los problemas óseos en la vejez empieza por mantener un estilo de vida sano. El ejercicio regular en el que se soporta peso, como caminar, correr o bailar, puede ayudar a mantener la fortaleza de los huesos. También es importante una dieta rica en calcio y vitamina D. Dejar de fumar y limitar la ingesta de alcohol también pueden reducir la probabilidad de desarrollar problemas óseos.

Además, las revisiones periódicas con un profesional sanitario pueden ayudar a detectar posibles problemas a tiempo, para poder tratarlos antes de que se agraven. Tratar otras enfermedades comunes, como el colesterol alto, la hipertensión y la diabetes, también puede ayudar a mantener una buena salud ósea.

Los problemas óseos más frecuentes en los ancianos son la osteoporosis, la artritis y las fracturas. Los signos y síntomas de estas afecciones pueden ser sutiles, y es importante ser consciente de las posibles señales de advertencia. Las medidas preventivas, como el ejercicio, la buena alimentación y las revisiones periódicas con un profesional sanitario, pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar problemas óseos. Si eres proactivo y te cuidas bien, podrás disfrutar de una buena salud ósea hasta bien entrada la tercera edad.